En la aventura del manejo de responsabilidades y exigencias diarias que tenemos, el cariño emerge como un factor crucial para mejorar la calidad de vida.
Solemos percibirlo como un enemigo, una fuerza que nos agota y nos debilita. Sin embargo, también puede ser un aliado. En este artículo vamos a explorar este concepto desde una perspectiva diferente, descubriendo cómo puede ser una fuerza motivadora y una oportunidad para el crecimiento personal y profesional.
Según la Organización Mundial de la Salud, se estima que una de cada cuatro personas sufre algún trastorno del comportamiento durante su vida.
Desde las elecciones diarias que afectan nuestras rutinas personales hasta las decisiones estratégicas que dan forma al futuro de una empresa, cada acción que emprendemos implica un proceso de elección y discernimiento.
Cuando las exigencias son permanentes y las presiones nos envuelven para subsistir, podemos llegar a postergar lo que más necesitamos: nuestros afectos. Encontrar tiempo para conectar con amigos, familiares y seres queridos en medio de las obligaciones puede parecer un lujo, pero en realidad es una inversión invaluable para nuestra salud mental.
Una relación de pareja, trabajo, deporte, amistad, grupo, proyecto pueden generarnos esa ambivalencia emocional. Tener sentimientos contradictorios refleja la coexistencia de emociones positivas y negativas.
La resiliencia es la capacidad de adaptarse y recuperarse frente a la adversidad, el estrés o cualquier situación difícil. Es la habilidad de mantenerse firme y positivo incluso en los momentos de gran desafío.
La convocatoria es a que en los momentos donde perdamos el control, sepamos recuperar la flexibilidad.
El concepto surgió en el mundo deportivo y fue incorporado a lo empresarial. Podríamos definirlo como una combinación única de habilidades, experiencias y dedicación para el logro de resultados excepcionales en un entorno positivo y estimulante.
Esta fue la respuesta de un sobreviviente uruguayo del vuelo 571 que se estrelló en la cordillera de los Andes. El contexto en el que se expresaron quizás dos de las palabras más significativas para toda la humanidad fue luego de ser arrastrados por una avalancha.
La propuesta es que elijas algún camino para fortalecer tu mundo interno y recordar todo el potencial que tenés para hacer con tu vida.
Pasar más de seis horas delante de una computadora y vivir más de la mitad de la vida confiando que vamos a tener tiempo para hacer todas aquellas cosas que queremos en algún momento, puede llegar a transformarse en una ilusión.