Trabajo turno noche, los costos en salud cuando toca vivir a contramano
El trabajo nocturno experimentó un incremento notable en los últimos años, impulsado por factores económicos y sociales que llevan a miles de personas a adoptar horarios irregulares, con consecuencias alarmantes para su salud física y mental. En una sociedad que no se detiene, el precio de este cambio recae sobre lo que Yvonne Roberts denomina, en el periódico británico The Observer, “el turno olvidado” de los trabajadores nocturnos, quienes enfrentan riesgos únicos y, en muchos casos, desconocidos.
La relación entre el trabajo nocturno y problemas de salud severos se torna cada vez más evidente. Según estudios, las personas que trabajan de noche tienen un 37% más de probabilidades de sufrir un infarto en comparación con quienes laboran en horarios diurnos, y 44% más de riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. Además, las mujeres enfrentan un riesgo del 32% de sufrir un aborto espontáneo bajo estos turnos.
Otros efectos incluyen obesidad y pérdida de memoria, consecuencias que afectan el bienestar general y se ven agravadas por la desincronización de los ritmos circadianos, el sistema interno que regula los ciclos de vigilia y sueño en función de la luz y la oscuridad.
Desintegración de la vida cotidiana
Este desajuste de los ritmos naturales tiene un impacto profundo en el bienestar emocional y las relaciones personales de los trabajadores. Roberts recoge el testimonio de un empleado nocturno que lamenta haberse convertido en un “medio integrante del hogar”, ilustrando las distancias que surgen en la vida familiar. La tasa de divorcios entre los trabajadores nocturnos es seis veces mayor que en aquellos con horarios tradicionales, un dato que refleja las tensiones y la desintegración de las relaciones en la vida cotidiana de estos empleados.
Los efectos biológicos de este estilo de vida incluyen, además, un agotamiento mental constante, agravado por la falta de una recuperación adecuada durante el día. La presión de “dormir a deshoras” provoca que el cuerpo se mantenga en una lucha constante contra su reloj biológico, lo que, con el tiempo, genera una acumulación de fatiga y estrés que pasa factura en forma de enfermedades crónicas.
El impacto en minorías y la falta de apoyo
El crecimiento del trabajo nocturno en el Reino Unido puso en evidencia una desigualdad racial y étnica marcada. En la última década, la cantidad de personas de minorías étnicas trabajando de noche aumentó en un 71%, mientras que el número de trabajadores blancos en estos horarios disminuyó en un 19%. Este fenómeno refleja que las personas de origen étnico minoritario están ocupando, cada vez más, los turnos nocturnos, una tendencia que responde a factores económicos y sociales, pero que también expone una segregación laboral en condiciones laborales adversas.
El entorno laboral para estos trabajadores suele ser desfavorable, y con frecuencia se ven relegados a horarios en los que el acceso a servicios básicos de alimentación y salud es limitado. Sarah Douglas, co-directora de Liminal Space, destaca que en muchos lugares de trabajo nocturno se asume que los empleados cuentan con opciones de alimentación saludable, pero en realidad solo tienen acceso a máquinas expendedoras que ofrecen productos como dulces y bebidas energéticas. Esta dieta, basada en opciones de baja calidad, no solo deteriora la salud de los trabajadores, sino que también señala una falta de apoyo y consideración de las empresas hacia las necesidades específicas de estos empleados.
La falta de visibilidad de los trabajadores nocturnos contribuye a que sus demandas y derechos queden relegados. Douglas subraya que muchos empleadores “ni siquiera son conscientes” de los retos que enfrentan estos empleados. Así, el turno nocturno se convierte en un espacio de trabajo aislado, en el que las condiciones básicas no son una prioridad para la gerencia, dejando a estos trabajadores desprotegidos en múltiples aspectos.
La calidad de vida del trabajador nocturno
Ante la creciente problemática que enfrentan los trabajadores nocturnos, Sarah Douglas y su equipo en Liminal Space desarrollaron el proyecto Night Club, una iniciativa que busca apoyar a estos empleados en el ámbito laboral mediante asesoramiento en salud, nutrición y descanso. Trabajando en conjunto con el Co-op y en colaboración con investigadores del sueño y psicólogos, Night Club pretende ofrecer herramientas prácticas que mitiguen los efectos del trabajo nocturno.
El enfoque de Night Club es llevar recursos directamente al lugar de trabajo, proporcionando recomendaciones sobre dietas y técnicas para controlar el estrés y mejorar el sueño. Uno de los elementos innovadores de este proyecto es su formato accesible: se organiza en estaciones de asesoramiento en sitios como la estación de autobuses de Victoria en Londres, donde se instaló una estación temporal decorada con neones. Durante 45 minutos, los empleados reciben orientación en temas como opciones alimenticias más saludables, y aprenden que “las nueces, la manteca de maní y el pollo son mejores opciones que las papas fritas y el chocolate”.
Además, los trabajadores nocturnos pueden descubrir su cronotipo, es decir, si su tendencia biológica es más compatible con la vida nocturna (“búho”) o diurna (“alondra”). Según el proyecto, entender estas predisposiciones permite a los empleados adaptar su rutina de descanso y trabajo para mejorar su bienestar. En sus primeros meses, Night Club ya llegó a más de 10,000 trabajadores y supervisores en sectores tan diversos como el comercio minorista, el transporte, la salud y la defensa, promoviendo un cambio cultural sobre el apoyo a quienes trabajan en horarios fuera de lo común.
Demandas y propuestas
La creciente evidencia de los riesgos que enfrentan los trabajadores nocturnos impulsó a varios sindicatos y organizaciones a exigir mejores condiciones laborales. Cinco sindicatos británicos, entre ellos el RMT y el Communication Workers Union, publicaron un informe que urge al gobierno a aumentar el salario mínimo para los turnos nocturnos y a establecer un tiempo de recuperación pagado, medidas que consideran esenciales para compensar las dificultades específicas de estos trabajadores.
Paralelamente, el proyecto Night Club y su equipo colaboran con universidades como las de East Anglia y Oxford para llevar a cabo el Gran Estudio Parlamentario del Sueño, una iniciativa que busca recopilar datos sobre los patrones de descanso de los legisladores británicos. Este esfuerzo forma parte de una serie de demandas dirigidas al gobierno, con el objetivo de crear conciencia y legislación en beneficio de los trabajadores nocturnos.
Entre las peticiones se encuentran la implementación de un chequeo médico anual para quienes laboran en horario nocturno, la asignación de un ministro que supervise sus condiciones laborales, la creación de un grupo de expertos en salud y bienestar en turnos nocturnos, y la financiación de investigaciones para entender mejor el impacto de estos horarios en función de género y edad.
Con un número creciente de trabajadores en el turno noche, las iniciativas y las demandas sindicales resaltan la necesidad de reconocer y proteger a esta “turno olvidado” en la sociedad actual. De cara a una población trabajadora que encontró en el horario nocturno una solución económica, pero a menudo con grandes sacrificios, se vuelve imprescindible que tanto empleadores como autoridades tomen medidas para asegurar su salud y bienestar a largo plazo.