Gustavo Fernández Capiet: ''Los positivos de turistas son mínimos, y si se percibe que hay más gente, sin duda está alojada en la informalidad, no en establecimientos registrados''
El vicepresidente de la AHGSMA, uso sus redes sociales para publicar lo que dio a llamar ''Mi percepción de la Evolución de la Temporada de Verano 2021, con datos de corte al día 19/01/2021, y comparados al mismo periodo del 2020'''.
Así expresó: Objetivamente los números dicen mucho, pero no todo. Por eso siempre es importante la interpretación que se haga de ellos, que habitualmente no es la que circula por las redes, la que se expresa en los medios ni en la opinión pública, ya que muchas veces se opina sin tener un análisis completo de la situación.
Así tenemos, una ocupación por unidades del 69.79% en lo que va del 2021 contra una del 80.75% en el mismo período de 2020.
Una ocupación por plazas este año del 66.40%, contra el 78.40% del año pasado
Los números expresados de este modo llevan a una fácil confusión. Parecería que la caída es mínima, y responde que se ve mucha más gente en la calle de lo que dicen los números.
Considerando que este año tenemos 28 establecimientos que están cerrados de forma temporal o definitiva, la ocupación se toma únicamente en los 130 que están abiertos, habilitados y que son medibles. Esto produce un falso aumento en los niveles de ocupación, que parecerían no estar tan lejos de 2020.
Debemos convenir que estos establecimientos que hoy están cerrados, eran proveedores de trabajo, en mayor o menor medida, el año pasado y ya no este año.
Mirando un poco más los números, y hablando en los pernoctes, que son la cantidad de turistas que realmente duermen en las camas, tenemos:
Una cantidad de plazas ocupadas en lo que va del 2021 de 63.931 contra una de 90.165 en el mismo periodo de 2020.
Una oferta de plazas este año de 96.276, contra 114.895 del año pasado
En conclusión, tenemos un 15% menos de ocupación (con 28 establecimientos cerrados, con 854 camas menos a contar), con un 29% menos de camas ocupadas (en una oferta que se cayó un 17%).
Con todo esto aclarado quiero concluir que no estamos frente a una temporada de concurrencia extraordinaria ni mucho menos, como algunos piensan. Estamos transitando “una temporada dentro de buenos parámetros” si nos comparamos con otros destinos y “discreta” respecto a las anteriores pre pandemia.
Lo expresado está respaldado por números oficiales realizados sobre estadísticas oficiales, sobre camas oficiales, registradas ante la Municipalidad.
Ahora bien, la medida usual que se toma es la cantidad de gente que se ve en la calle. Yo también la veo, pero podemos decir que mucha de esa gente no está alojada en la actividad debidamente controlada. Los alquileres informales, los vendidos por plataformas (que son informales, también) los grupos en las redes, etc..
Ellos sí, registran una cantidad de pernoctes muy superiores, ya sea porque la informalidad se instalo en la cultura del turista, tal vez por la falsa creencia de que pueden crear una propia “burbuja de vacaciones”, o por la razón que sea. En los establecimientos donde nos capacitamos, invertimos y seguimos los protocolos, la cantidad de pasajeros es menor al año pasado y a todos los anteriores por lo menos desde 2016.
La causa de la situación sanitaria actual no está en los establecimientos controlados (ni en el turismo), y esto también lo demuestra la estadística. Menos del 3% de los casos positivos de la primera quincena de enero fueron turistas. La mayoría de estos casos se volvieron rápidamente a su lugar de origen y otros cumplieron aquí su recuperación.
Por todo esto defiendo nuestra actividad como tal. Porque a pesar de manejar números más modestos de ocupación, generamos trabajo e ingresos genuinos, con inversiones que quedan en la ciudad, ya que el servicio turístico de nuestra cadena de valor tiene todos sus costos de origen local, excepto los impuestos nacionales.
Ya dije que los casos positivos de turistas son mínimos, y también expresé que, si se percibe que hay más gente, sin duda está alojada en la informalidad y no en los establecimientos. Del mismo modo, la informalidad está en las fiestas clandestinas y no en los boliches, como lo está en las reuniones sociales y no en los comercios habilitados, y como lo está en todos los lugares donde no hay o no se cumplen los protocolos.
Por eso, para bajar la cantidad de contagios y la expansión de los mismos en la comunidad, considero importante cuidarse con las medidas que hace 10 meses nos repiten, en todos los ámbitos en los que circulamos e interactuamos tanto residentes como turistas, y dejar de atentar contra una actividad que es parte de la solución a los problemas, y no un problema en sí mismo.