Cada jueves llega un cuento nuevo: "Para cuando tengas tiempo", María Eugenia Della Vedova

Te mantuve tanto tiempo en pausa en mi cabeza, ibas y venias, dabas vueltas. Aparecías en una frase y luego te ibas en otra. Pero la única que siempre mantenía su existencia era: para cuando tengas tiempo. Te mantuve tanto tiempo en pausa que ahora no se cómo darte vida.

Pero acá estoy, con mi mate y mi portátil intentando sacarte, porque ya viviste en mi demasiado tiempo, y es hora que te busques otra estancia.

Ya no sé si hablo desde el presente o desde el futuro, basada en hechos reales o desde un pasado que lucha por partir.

Pase mucho tiempo enojada, con bronca. Deje crecer mi seño y oscurecer mis ojeras. Por momentos se me salió el pecho y por otros, creció esa línea al lado de mi boca y unos hoyuelos en mis cachetes. Me estalló la cabeza. Y en estos últimos tiempos, al límite y en los extremos.

Lo intenté todo. Intenté entender, intenté justificar, intenté no ver e intenté ver en profundidad. Intenté abrazarte. Intenté que habláramos, que me dejaras ver en tu interior. Intenté soltarte. Y te volví a elegir en cada instante. Intenté dejarte ir e intenté recibirte otra vez. Intenté cuidarte, mimarte y acompañarte para que no siguiéramos haciéndonos más daño.

Pero vos no te enteraste.

Que sepas que esta bueno soñar más. Viajar más. No cumplir todas las reglas. Andar sin rumbo. Asombrarse. Perderse por las calles.

Que sepas que está bueno que se te rompa un vaso, en vez de tu dedo. Encontrar en cada persona una historia, y en cada historia, una persona.

Que sepas que esta bueno romper patrones. Revelarse. No pasar los días intentando agradar a todo el mundo. Conocerse, descubrirse.

Que sepas que está bueno enamorarse de lo diferente. Dejarse llevar. Llenarse de barro, mancharse con chocolate y reírse de eso. Vestirse de loco. Comer en otro idioma. Ensuciarse y volverse a arreglar.

Que sepas que esta bueno dejar de preguntarse en que fallaste e intentar hacer las cosas diferentes. Creer en la magia y en las estrellas. Construir tu propio mundo.

Que sepas que está bueno amarse. No quejarse tanto y reírse más. Elegirse. Cuestionarse y volverse a elegir.

Que sepas que está bueno irse a dormir con los pies sucios. Volar. Irse, volver y volverse a ir.

Que sepas que está bueno desprenderse. Construir tu propia historia. Tener tus reglas y tus no-reglas.

Que sepas que esta bueno ser libre.

Pero ya no necesito entenderte. Hoy estoy lista para soltarte amablemente. Pero no sin más. Con las zapatillas no tan blancas, alguna hilacha en la remera y mi pelo despeinado, así como soy yo. Y entregándote todo esto, para cuando tengas tiempo.

PD: La casa queda limpia y ordenada como te gusta a vos. Las tablas de los inodoros bajas, los almohadones en su orden y el tabaco ya no está sobre la mesa.

PD2: Por cierto, no me llevo tu yo-yo. Eso es enteramente tuyo. Te lo dejo para que lo sueltes. Cuando tengas tiempo. O no.

"Para cuando tengas tiempo"

Conociendo a la escritora:

María Eugenia Della Vedova Licenciada en Administración de Empresas y Maquilladora Profesional de Moda, se define por una identidad compleja y coherente a la vez: acuariana, altruista, amante de la libertad y de las energías que mueven el mundo. Viajera constante, observadora silenciosa 

Durante años transitó distintos caminos profesionales, pero hubo un hilo invisible que nunca dejó de acompañarla: la escritura. Lo recordó con claridad en una conversación simple con su madre, cuando le preguntó qué disfrutaba hacer de niña. Escribir, siempre te gustó escribir, fue la respuesta. Ese gesto cotidiano iluminó un origen que había permanecido latente: cartas infantiles, mensajes adolescentes para amistades que parecían eternas, palabras que buscaban ordenar emociones antes incluso de comprenderlas.

Hoy, si alguien le preguntara qué desea ser cuando sea grande, respondería sin vacilar: Escritora.

Porque cuando algo la conmueve, escribir es su reacción natural.
Porque es su modo más honesto de expresar lo que siente.
Porque es la forma en que se comunica con el mundo.
Porque es el idioma que mejor habla.
Porque en la escritura encontró un territorio donde puede ser plenamente feliz.
Y en ese territorio, simplemente se queda.