La vitamina D puede reducir el riesgo de padecer un cuadro grave de covid-19
Desde el comienzo de la pandemia por coronavirus, los médicos explicaron la importancia de tener un organismo saludable para hacerle frente a la nueva amenaza mundial.
Mantener las medidas de cuidado, alimentarse bien y ejercitarse pese a las restricciones y confinamientos impuestos era lo que recomendaban. Y también tomar sol, como forma saludable de incorporar la vital vitamina D que nuestro cuerpo necesita.
La vitamina D es una hormona que actúa sobre muchos genes expresados por las células inmunitarias y tiene una capacidad única para estimular el sistema inmunológico, mejorando nuestras defensas contra los distintos microorganismos que pueden ingresar al cuerpo. Por eso, desde el inicio de la pandemia por COVID-19, han surgido diversos estudios clave que sugieren una asociación entre la deficiencia de vitamina D y el riesgo de infección y mortalidad por la enfermedad respiratoria aguda grave causada por SARS-CoV-2.
El último estudio da cuenta que las personas con deficiencia de vitamina D tienen más probabilidades de tener un caso grave o crítico de COVID-19. Así lo aseguran científicos en un nuevo estudio publicado en la revista PLOS ONE, que se basa en datos de las dos primeras oleadas de coronavirus de Israel antes de que las vacunas estuvieran ampliamente disponibles.
Los científicos enfatizaron que los suplementos vitamínicos no son un sustituto de las vacunas, pero que pueden ayudar a los niveles de inmunidad. “Nos pareció notable y sorprendente ver la diferencia en las posibilidades de convertirse en un paciente grave cuando se carece de vitamina D en comparación con cuando no se tiene”, indicó el doctor Amiel Dror, autor principal del estudio y médico de Galilee Medical Center.
“Aunque el estudio se realizó antes de la variante Ómicron, el coronavirus no ha cambiado lo suficiente como para negar la eficacia de la vitamina D. Lo que estamos viendo cuando la vitamina D ayuda a las personas con infecciones por COVID es el resultado de su eficacia para reforzar el sistema inmunitario para hacer frente a los patógenos virales que atacan el sistema respiratorio. Esto es igualmente relevante para Ómicron como lo fue para variantes anteriores”, agregó el experto.
La doctora María Beatriz Oliveri, especialista en osteología y endocrinología del CONICET, realizó en 2020 un exhaustivo trabajo titulado “Vitamina D en la época del COVID-19″, en donde destaca que la vitamina D (VD) es fundamental para la salud ósea en todas las etapas de la vida desde el desarrollo fetal hasta la tercera edad. “Participa en la regulación de numerosos tejidos y órganos (acciones extraesqueléticas o no clásicas). La fuente natural de vitamina D en el ser humano es su síntesis en la piel por exposición a la radiación ultravioleta (UV) del sol, ya que muy pocos alimentos la contienen, o puede indicarse por suplementación”, precisó la experta.
Volviendo al estudio científico israelí, el equipo de investigación analizó los niveles de vitamina D de más de 250 pacientes hospitalizados en el Galilee Medical Center con una prueba de COVID-19 positiva entre abril de 2020 y febrero de 2021. Los niveles de vitamina D se basaron en pruebas realizadas antes de la hospitalización como parte de un análisis de sangre de rutina o por deficiencia de vitamina D, que van desde 14 a 730 días antes de la prueba PCR positiva.
Los pacientes con deficiencia de vitamina D tenían 14 veces más probabilidades de tener un caso grave o crítico de COVID-19. Además, la tasa de mortalidad para aquellos con niveles insuficientes de vitamina D fue del 25,6 %, en comparación con el 2,3 % entre aquellos con niveles adecuados. Las diferencias aún se aplicaron después de que los investigadores controlaron la edad, el sexo y el historial de enfermedades crónicas de los pacientes.
Estudios recientes han señalado los vínculos entre la deficiencia de vitamina D, COVID-19 grave y la hospitalización, aunque los investigadores se preguntaron si el coronavirus causó la deficiencia en primer lugar. Para responder a esa pregunta, Dror y sus colegas observaron más de cerca los datos entre los pacientes israelíes para obtener una mejor imagen de sus niveles de vitamina D antes de la infección por COVID-19.
“Verificamos una variedad de marcos de tiempo y descubrimos que dondequiera que mires durante los 2 años anteriores a la infección, la correlación entre la vitamina D y la gravedad de la enfermedad es extremadamente fuerte”, precisó Dror. Y concluyó: ”Enfatiza el valor de que todos tomen un suplemento de vitamina D durante la pandemia, que, consumida en cantidades razonables de acuerdo con los consejos oficiales, no tiene ningún inconveniente”.
“La vitamina D puede jugar un rol beneficioso ante el COVID-19, tanto en la prevención como al minimizar su incidencia, severidad y mortalidad. El efecto positivo de los suplementos de vitamina D ya ha sido demostrado para otras infecciones de las vías respiratorias como el virus de influenza y la tuberculosis pero la comunidad médica hasta el momento no cuenta con evidencia suficiente para confirmar un mismo impacto frente al coronavirus, aunque su potencial en personas de riesgo es claro”, explicó a Infobae la doctora Vanesa Longobardi, (MN 100.410) del departamento de Coordinación de Docencia e Investigación del Instituto de Diagnóstico e Investigaciones Metabólicas.
La vitamina D beneficia a nuestra salud de múltiples maneras: contribuye directamente a prevenir la osteoporosis optimizando la absorción de calcio en el organismo; favorece nuestras defensas y al sistema inmunológico en su totalidad; tiene una acción antimicrobiana así como antiinflamatoria y ha mostrado lograr efectos beneficiosos frente a diversos tipos de infecciones. Ahora parece sumar un valor indispensable en este contexto de pandemia.
“Importantes investigaciones en curso, dedicadas al efecto de la vitamina D frente al coronavirus, podrán establecer efectivamente de qué manera los suplementos con vitamina D también tienen la capacidad de reducir el riesgo de infección por COVID-19 y el desarrollo de complicaciones”, remarcó Longobardi.
Y concluyó: “Este puede ser un método tan sencillo como revolucionario para ayudar a prevenir y tratar la problemática, tanto para el público general como para grupos de riesgo o personas con deficiencia de vitamina D establecida. Incorporar suficiente vitamina D a nuestra vida cotidiana, facilitado a través de suplementos, no sólo permite reforzar el sistema inmunológico en esta época invernal sino que podría ser un aliado para cuidarnos frente a los efectos del COVID-19 y lograr un mayor cuidado general de la salud integral”, concluyó la especialista.