Durante la primera audiencia, González presentó la teoría del caso al tribunal. Afirmó que el 27 de agosto, entre las 5:33 y las 5:40, en la escalera y en el sector de la recepción de un hostel, el imputado, F.V, intentó matar a un varón y a una mujer tras una discusión.

Les disparó a ambos: al varón, en cuatro ocasiones, provocándole heridas con dos de los proyectiles que ingresaron por la espalda; y luego a la mujer, a quien hirió en la zona de la boca. En total, sostuvo el fiscal, F.V realizó diez disparos. En ambos casos –afirmó González- las víctimas no murieron debido a la oportuna intervención del personal médico.

Tras los ataques, el imputado escapó en un taxi y fue detenido en cercanías de la ciudad de San Martín de los Andes, sobre Ruta 40, portando el arma utilizada.

El representante del Ministerio Público Fiscal encuadró el hecho en los delitos de homicidio calificado por el uso de arma de fuego en grado de tentativa (dos hechos en concurso real y en carácter de autor); en concurso ideal con portación de arma de fuego de uso civil, sin contar con la debida autorización legal (artículos 41 bis; 42; 45; 54; 55; 79 y 189 bis, apartado segundo, tercer párrafo  del Código Penal).

El querellante en representación de una de las víctimas, el abogado particular Facundo Trova, adhirió a la acusación fiscal e hizo hincapié en las consecuencias que la agresión tuvo en la salud de las víctimas.

Al momento de su intervención, el representante del imputado sostuvo que realizó los disparos para defenderse de una agresión.

Tras los alegatos de las partes, el primer día del juicio continuó con  los primeros testimonios. Serán al menos dos jornadas más, a cargo del tribunal de los jueces Juan Pablo Balderrama, Eduardo Egea y Juan Manuel Kees.