La temporada se presentaba auspiciosa, ya que la imposibilidad de salir del país y la apertura a todos los destinos internos, prometía un gran afluente de turistas. Así se vio en vacaciones de invierno, cuando la ciudad cordillerana tuvo muy altos niveles de ocupación.

Pero para el centro de esquí fue una temporada esquiva y rara. Pudo abrir un poco retrasado por temas de protocolo y luego el clima empezó a jugar una mala pasada. Desde mediados de julio y hasta mediados de agosto, la nieve escaseó.

Eso provocó números muy bajos en la asistencia, ya que había poco espacio esquiable. Gracias a la magia que realizaron los trabajadores del centro de esquí, pudieron mantener habilitado el sector desde la cota media hasta 1700 casi toda la temporada.

La primera quincena de agosto tuvo cifras por debajo de 1000 esquiadores en la semana, con un piso de 125 el jueves 12, y los fines de semana oscilaba entre los 1300 y los dos mil.

Pero las nevadas de la ultima quincena impulsaron la llegada de visitantes a la región y también al cerro chapelco. Así es como desde el 17 de agosto comienzan a incrementarse las cifras, ese día subieron 2492 esquiadores, en tanto que el mes finalizó con 6061 el martes 31.

Este cierre auspicioso del mes, da esperanzas para que la temporada pueda tener un gran cierre en septiembre. En especial por la continuidad de algunas nevadas que permitan mantener el centro de esquí al 100 por ciento, así como por la noticia de que podrían habilitar la llegada de visitantes chilenos por tierra.