En la madrugada de este lunes, un nuevo accidente sobre la Ruta Nacional 40, a pocos metros de la curva de Pío Protto, se cobró la vida de un vecino de San Martín de los Andes de tan solo 37 años. 

Tras ser conocida la noticia, los comentarios de la comunidad comenzaron a acumularse en los principales portales de información de la ciudad, reiterando los problemas y ausencias que la arteria presenta, como falta de iluminación, de cartelería y de demarcación horizontal, que sin duda incrementan su peligrosidad, mayormente en la temporada invernal, en la que el sector se cubre de nieve y heladas:

“Si la ruta estuviera bien señalizada , bien pintada ..... (no es mucho pedir) los accidentes serían mucho menos frecuentes.....hay lugares que los días de lluvia , ni hablar cuando nieva, no se ve absolutamente nada”, dijo M. D.

“Tienen que poner carteles de alerta en esa curva . Es muy peligrosa. Murió mucha gente, no es el primer accidente. SEÑALIZACIÓN”, añadió F.R.M.

“Es increíble qué todavía sigamos insistiendo que alumbren la Pío Protto, nos cansamos de pedir que lo hagan. Cuándo se pondrán a trabajar en estos temas, es penoso una ruta nacional y turística que esté en estas condiciones, por eso pasan estos accidentes y lamentar muertes. Ojalá hagan algo”, continuó otro usuario, de iniciales E. A.

“De Chacra 32 hasta la Vega tienen que poner alumbrado, no puede ser que en todo ese sector no haya nada”, agregó H.D.

El pedido no es nuevo y sin duda ya es conocido por las autoridades. Solo por recordar los últimos reclamos podemos citar un petitorio emitido hace poco más de un año, a principios de abril del 2023, en el que vecinos y vecinas solicitaban “mejoras en la señalización de la cuesta Pío Protto” para “brindar mayor seguridad a quienes transitan por ese tramo de la ruta”, acompañadas de “acciones para la prevención de accidentes”.

El inconveniente principal por el cual aún no se habría concretado ninguna acción en el lugar parecería apuntar a que el sector no cuenta actualmente con ningún sistema de iluminación y que realizar una obra de esa magnitud implicaría una inversión millonaria, que requeriría la participación inevitable del Gobierno de la Nación a través de Vialidad Nacional, que es quien tiene jurisdicción en el tramo. 

Ante las recientes inversiones del sector privado en la ciudad, como en el caso de las garitas del transporte público que se concretaron en articulación con la gestión pública, la pregunta de los vecinos vuelve a hacerse presente: ¿Quién establece las prioridades? ¿Cuántas muertes más harán falta para que alguien haga algo al respecto?