Alarma por graves fallas en el inicio de la temporada estival en las playas locales

Retrasos en incorporaciones, infraestructura deteriorada y carencia de equipamiento crítico exponen una complicada situación en el servicio de guardavidas, mientras playas clave operan con mínima cobertura.

10/12/2025Mario JakszynMario Jakszyn
guardavidas
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El arranque del verano en San Martín de los Andes quedó marcado por una serie de irregularidades que generaron fuerte preocupación entre trabajadores y vecinos. La estructura destinada a garantizar seguridad acuática presenta un cuadro extremadamente delicado: solo cuatro guardavidas comenzaron sus funciones el 1º de diciembre y otros seis lo hicieron el día 8, muy lejos del total previsto de 25 agentes necesarios para cubrir la demanda en los distintos balnearios. Actualmente, el servicio se limita a dos puntos: Playa Bonita, en el área de Lolog, y la zona céntrica del Lago Lácar, dejando espacios de alto tránsito sin supervisión.

Las condiciones laborales también encendieron alarmas. Según denuncias internas, faltan salvavidas, binoculares, prendas reglamentarias, botiquines completos, mantas térmicas y desfibriladores. La situación se agrava con la inexistencia total de comunicaciones de emergencia: no hay línea telefónica operativa ni handys, ya que fueron robados y aún no reemplazados. A esto se suma la precariedad edilicia de las casillas, algunas con materia fecal de roedores, botellas con orina, vidrios rotos, ausencia de electricidad y sin mobiliario esencial como sillas o sombrillas.

El panorama administrativo tampoco escapa a la controversia. Los contratos no están firmados, no se han asegurado las coberturas correspondientes, los salarios se ubican entre los más bajos de la región y persiste un fuerte hermetismo sobre el listado de postulantes. Varios aspirantes aseguran no haber recibido respuesta alguna pese a cumplir con los requisitos para incorporarse al operativo.

Las playas bajo jurisdicción de Parques Nacionales permanecen sin cobertura y las zonas de acceso muestran un deterioro creciente que compromete aún más la seguridad del público. Frente a este escenario, trabajadores advierten que aún se está a tiempo de corregir el rumbo, siempre y cuando las autoridades competentes actúen con rapidez y decisión para garantizar un servicio esencial en pleno movimiento turístico.

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