La iniciativa explica la creación de puntos de recolección de plástico de un solo uso, incorpora incentivos que promuevan tanto la reducción de su uso como la importancia del reciclaje de plásticos y la generación de mecanismo y acciones concretas que permitan su sustitución o reemplazo por productos descartables.
 
En ese sentido, indica que la autoridad de aplicación recaerá en la Subsecretaría de Ambiente, organismo que deberá establecer un sistema de control y de sanción para alcanzar los tiempos y objetivos de la normativa, coordinar con municipios su implementación y efectuar excepciones en aquellos casos que por cuestiones sanitarias, científicas o seguridad se justifica el uso de este tipo de material.
 
De igual modo, el proyecto crea el “Programa Único de Concientización y Capacitación” y el “Plan de Reducción de empleo de plásticos de un sólo uso”. Ambas iniciativas deberán fomentar políticas de reutilización de este tipo de elementos, aplicar incentivos que generen prácticas de desuso y realizar campañas y capacitaciones destinadas a tal finalidad.
 
A la vez, la norma deja en claro que bajo ningún punto de vista se impondrán restricciones a su uso cuando el material plástico se implemente y no pueda ser sustituido tanto en materia de profilaxis y asepsia sanitaria y como tampoco en la preservación de alimentos y otros productos de consumo.
 
En sus fundamentos, remarca que la deposición del material plástico genera una innumerable cantidad de problemas ambientales, desde cuestiones de disposición final, degradación hasta la liberación nociva de gases contaminantes por su quema al aire libre. También condiciona el aparato respiratorio y digestivo por la alta concentración de sustancias químicas que se añaden a los polímeros que le dan forma.