El vínculo entre víctima y victimario fue uno de los agravantes considerados por los jueces intervinientes.
 
El hecho que se le imputó al hombre ocurrió el pasado 27 de febrero en la vivienda familiar, ubicada en un paraje cercano a la localidad de San Martín de los Andes donde vivían víctima y victimario con sus hijos pequeños. En esas circunstancias fue que el hombre ejerció la violencia sexual contra la mujer, quien era su pareja.

Luego del hecho, la víctima denunció al hombre y ello motivó su exclusión del hogar y el inicio de la investigación a cargo del fiscal del caso, Maximiliano Bagnat y la asistente letrada Lucila Maggiora. Aunque a lo largo del proceso, al hombre se le reformularon cargos por reiterancia de hechos y considerando algunos agravantes, finalmente en agosto lo condenaron como autor del delito de abuso sexual con acceso carnal por un hecho.
En ese contexto, restaba que se le impusiera al violador la pena de prisión a cumplir, y para ello se llevó adelante esta semana la audiencia de cesura ante los jueces Nazareno Eulogio, Federico Sommer y Mauricio Zabala. Durante el debate, las partes hicieron su presentación de prueba y así la acusación pidió una pena de prisión efectiva de ocho años, y la defensa de seis.

Estaba previsto que la víctima también declarara, pero su nivel de angustia la obligó a retirarse.

Tras un cuarto intermedio en el que analizaron los agravantes y atenuantes mencionados, los magistrados resolvieron por unanimidad imponer al hombre la pena de siete años de prisión, considerándola "justa, proporcional y equitativa". Uno de los agravantes que se tuvo en cuenta fue el vínculo de pareja entre víctima y victimario, que implica una confianza particular entre las personas y no hace pensar en un hecho de esta naturaleza.

Además, en cuanto quede firme la sentencia, el violador pasará a formar parte del Registro de Identificación de Personas Condenadas por Delitos contra la Integridad Sexual (RIPeCoDIS).